
Una vez se conoce a la derecha resulta complicado sentirse parte de ella. Por suerte, con la izquierda no es difícil sino directamente imposible. De la derecha puedes recelar con carita de estupor, pero de la izquierda hay que huir con cara de agobio, como Cary Grant en ‘Con la muerte en los talones’, solo que cambiando la avioneta por una rueda de prensa de Patxi López. Y en esas estamos. Mucho nos reímos del cóctel de gambas de la izquierda, pero, cuando en la derecha miras alrededor te encuentras en un bando con un anarcocapitalista, un falangista, un carlista, uno que cree que la ‘ley natural’ y la tradición están por encima de la democracia, un pro Putin, uno que aboga por la teocracia, uno que cita a Carl Schmitt como si fuera Jesucristo y otro que cita a Jesucristo como si fuera Carl Schmitt. Hasta he leído a un ‘pro-vida’ pidiendo que fusilen a los terroristas, como si el quinto mandamiento viniera con anexo. La derecha es el camarote de los hermanos anti-Marx.
(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 16 de octubre de 2023. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí).