Un profesor de Laguna ha obligado a sus alumnos a tachar el lenguaje inclusivo de su libro de Geografía. Llevo un rato pensando y no se me ocurren ejemplos de lenguaje inclusivo en la asignatura de Geografía, no me imagino yo a alguien escribiendo acerca de las fallas y los fallos, los afluentes y las afluentas o de las cordilleras y los cordilleros. Pero todo puede ser. En Biología estaría claro, el libro hablará de los camaleones y las camaleonas, los protozoos y las protozoas y las células y los célulos. En cualquier caso, el profesor ha sido tachado de facha, machista, retógrado y toda esa retahíla de adjetivos que suelen acompañar los ultras a cualquier crítica. Lo que me sorprende es que no le hayan llamado aún ‘terrorista gramatical’, porque hablan de terrorismo climático, cultural, heteropatriarcal, financiero, colonialista, neoliberal, informativo y hasta otras cincuenta acepciones, recogidas por Javier Rubio en ‘The Objective’. Vamos, que, para ellos, todo es terrorismo menos el terrorismo. A día de hoy no hemos visto a ninguna persona de Sumar-Podemos-PCE llamar terroristas a Hamás y han llegado incluso a irse del minuto de silencio por la sevillana asesinada en Israel. ¡Ole ese feminismo! ¡Ole ese valor! Ojalá tuvieran la mitad de valentía con Hamás que con Rubiales. Pero ahí ya flaquean las piernas, ¿eh? Demuestran de nuevo que la mujer les importa solo para utilizarla políticamente.

(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en El Norte de Castilla el 15 de octubre de 2023. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí).