
Aviso general para reyes magos, papanoeles, elfos, pajes, duendes, olentzeros, apalpadores, pandingueiros, magos azufritos y chalupas, tiós de Nadal -incluyendo a Miguel Ángel-, padrinos, madrinas, cohechadores y amigos invisibles de esta nuestra Españita: por treinta pavos te dan un carné que te permite entrar en todos los museos de titularidad estatal tantas veces como desees en el plazo de un año. Y aunque solo fuera por ver El Prado, el Reina Sofía y el de Escultura de Valladolid -que es el preferido mío y de Ignacio Rodríguez Burgos-, la cosa merecería la pena. Es más, aunque solo fuera por entrar una vez en uno de ellos, ya saldríamos ganando. Y si tienes la suerte de encontrarte con Ignacio te llevas de regalo aprendido el tema de la inflación subyacente y los futuros del trigo en la Bolsa de Chicago. En realidad, no entiendo cómo puede costar menos una barra libre anual de museos que una de bravas y cuatro vinos en el bar de abajo. Pero la realidad es la que es y he de reconocer que, desde que me lo he sacado, me he vuelto adicto.
(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 17 diciembre de 2023. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí).