Uno los ve tan normales, tan en su sitio y tan relajaditos que podemos caer en el error de pensar que, en realidad, son así y es lo otro la impostura. Y no, claro. Lo normal es lo otro, cuando se gritan, cuando se insultan, cuando suben a la tribuna para soltar argumentos de vendedor de crecepelo y cuando se tratan con el desprecio arrabalero de los boxeadores el día de la báscula. Es cierto que todo mejora mucho si no interviene Patxi López. Y además tampoco estaba Armengol –le deseamos una pronta recuperación–, lo que sin duda contribuyó para que la percepción de calidad institucional se viera afectada para bien. 

(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 19 enero de 2024. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí).