
Tiene razón Sánchez: resulta evidente que el independentismo catalán no es terrorismo. Se trata de un movimiento político plural, heterogéneo, atomizado y formado por mucha gente, la mayor parte de la cual no es violenta. Al menos formalmente. Intelectualmente mucho. Y moralmente, ni les cuento. Pero no he venido aquí a dar turras morales, me limito a expresar que es absurdo calificar como terrorista a un movimiento social y político tan grande, tan complejo y tan enraizado históricamente, a pesar de su paletismo, su escaso nivel de civilización y su desprecio a la democracia. Pero igual de evidente resulta que nadie está juzgando al independentismo catalán. En España las ideas no se juzgan. Lo que se está juzgando son actuaciones concretas de personas concretas.
(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 3 febrero de 2024. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí).