
Todavía hay quien piensa que los políticos actuales son personas con una serie de ideas determinadas y una cosmovisión concreta que buscan después el partido más compatible con ellas para poder llevarlas a la práctica y transformar la sociedad, como idealistas, como soñadores, como Martín Luther King en las escalinatas del Monumento a Lincoln diciendo: «Yo tengo un sueño». Solo que cambiando Washington por su pueblo. Según esa manera de ver las cosas lo primero sería el ‘qué’ y después ya llega el ‘cómo’; primero surge la visión y después se intenta ocupar el poder para llevar esa visión a la realidad. El poder, por lo tanto, sería solo un medio y queda supeditado a un fin, que es transformar la sociedad sobre la base de unos ideales, traducidos en políticas concretas y recogidas en un programa electoral que el pueblo ratifica en las urnas. Bien, todo eso es falso.
(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en El Norte de Castilla el 22 de marzo de 2024. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí).