Me llega a través de Pelayo Moreno, que es el capitán de la sub-21 de columnismo. Se llama ‘La vida cañón’ y es un temazo como la copa de un pino. Ahora mismo, mientras escribo estas palabras con una aparente sensación de normalidad exterior, he de confesar que, por dentro, soy solo un hombre atrapado por una canción. Se pega como la sonrisa de la cajera del Día, una sonrisa que bloquea mis receptores y me somete cada mañana en una hoguera de neuronas espejo y pestañas postizas. Intento engañarme a mí mismo para liberarme de ese run-run obsesivo y hago cosas que no suelo hacer, qué sé yo, un sudoku, media maratón, un caldo gallego. Pero es inútil: solo puedo pensar en ‘La vida cañón’. El grupo se llama Alcalá Norte, que es a la vez nombre de grada de animación, de salida de autopista y de centro comercial. Se han soltado un disco debut sorprendente, un extraño afterpunk de los primeros 80 pero en pleno 2023, algo a medio camino entre The Cure y Pegamoides, entre Bauhaus y Aviador Dro.

(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 19 de mayo de 2024. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).