n el minuto 92 del Real Madrid-Cádiz, Nacho coge un balón en la media luna de su área, lo abre a la banda izquierda para Vinicius y comienza a correr como si fuera una promesa a la Virgen de su pueblo. Cuatro segundos más tarde, Nacho es ya el segundo jugador más adelantado del Madrid, recibe el balón que le acaba de devolver Vini, hace un control orientado y sigue esprintado hasta que llega al área rival. El portero del Cádiz está ya prácticamente batido y, si quisiera, Nacho podría marcar sin oposición. Se llevaría una ovación enorme, está jugando en casa y, en realidad, nadie sabe si va a seguir el año que viene, así que podría lanzar, llevarse un baño de masas más que merecido y, de algún modo, ir despidiéndose de su público. En lugar de eso recuerda que es el capitán y le cede el gol a Joselu, que remata a placer y marca, llevándose el aplauso del Bernabéu.

(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 3 de junio de 2024. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).