
Lo primero que hay que comprender en este asunto es que la Comisión Ejecutiva Nacional de Vox no es quién para romper ningún gobierno en Castilla y León. El gobierno de Castilla y León solo lo puede romper el presidente, bien a través de una remodelación, bien a través de la disolución de las Cortes para convocar elecciones. Que ya les digo que no es la idea. Lo máximo que puede hacer Abascal es ordenar a sus militantes que dimitan de sus cargos. Y más allá de la humillación que supone aceptar que la gobernabilidad de Castilla y León se decida en la calle Bambú de Madrid –o en Ferraz, o en Génova– y que responde además a motivos partidistas y cálculos electoralistas y no a los intereses de los ciudadanos, esto abre varios problemas y algunas dudas.
(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en El Norte de Castilla el 12 de julio de 2024. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).