Lo único bueno de todo esto es que probablemente a Twitter le queden solo unos meses de vida. En cuanto Trump pierda las elecciones, el propietario de esa red, Elon Musk liquidará el invento, lo hará desvanecer y el mundo será un lugar mejor. O quizá no, es posible que el mundo siga siendo igual, pero, al menos, no nos enteraremos de que nuestro amigo, ese que parece tan serio, piensa esa cantidad ingente de chorradas. Y todo esto a no ser que Musk decida que necesita mantener viva su red para ayudar a Putin, a Orban o a cualquier otro villano contrario a la libertad, a la democracia y al mínimo sentido del bien y la decencia.

(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 17 de agosto de 2024. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).