
Por un momento hemos olvidado que nuestro estado natural es este. Que lo normal es la guerra, la peste y el hambre. Los depredadores, los desastres naturales y la muerte. El ser humano ha conseguido alcanzar unos niveles de civilización, de progreso y de bienestar altísimos, pero todos y cada uno de los individuos que formamos parte de la especie deberíamos crecer sabiendo de dónde venimos e interiorizando que lo que vemos no es natural sino una anomalía histórica, el resultado de la evolución y de un esfuerzo ingente por parte de los que nos precedieron a través del tiempo. En caso contrario cometeremos el error de darlo todo por sentado, como si el tipo de vida que hemos alcanzado –que hemos heredado– fuera lo normal. Pero no, no es lo normal. Lo normal es el miedo, la lucha por la supervivencia y la vida en el alambre.
(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 2 de noviembre de 2024, día de los Difuntos en los que se canta el Réquiem. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).