Al término de la cumbre hispano-lusa un periodista preguntaba a Sánchez si se había reunido en alguna ocasión con Víctor de Aldama. Las únicas respuestas posibles son ‘sí’ y ‘no’, no hay más alternativas. Si la respuesta fuera ‘no’, no hay ninguna duda de que lo habría verbalizado delante de las cámaras para cerrar de una vez y para siempre todas las conjeturas. Si no lo ha verbalizado es porque la respuesta es ‘sí’. Y, sin embargo, días después, en el avión de vuelta de India, el presidente afirmaba ante un grupo de periodistas que nunca se había reunido con Aldama «ni de manera formal ni de manera informal». Lo segundo es falso, como sabemos: Sánchez y Aldama se encontraron informalmente al menos en una ocasión, en la zona privada del teatro La Latina y en presencia de Koldo García. Pero vale, podemos aceptar que un encuentro informal no es una reunión de trabajo. La gran pregunta entonces es por qué no respondió ‘no’ clara y públicamente cuando le preguntaron. Porque quiero recordar que no existen grabaciones de esas declaraciones en las que el presidente niega cualquier encuentro con Aldama. Es decir, Sánchez ha buscado deliberadamente negarlo, pero sin que existan pruebas de ello. Por si se acordara milagrosamente más adelante, ya saben.

(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en El Norte de Castilla el 25 de noviembre de 2024. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).