
No sé qué habrá pasado con INXS. Ya nadie los escucha, sus canciones se han esfumado y su nombre ha sido borrado del imaginario colectivo. Con 55 millones de copias vendidas la situación solo puede responder a problemas con los derechos, creo que en manos de Universal. Parece que desde que Michael Hutchence apareciera ahorcado, nadie quisiera recordarlo como la estrella carismática y el ‘frontman’ prodigioso que un día fue y prefiramos seguir pensando en él colgado del techo de aquel hotel de mierda en Sydney. De algún modo ahí hemos decidimos dejarlo. Y ahí sigue, con las piernas tambaleando justo encima del Billboard. Algo parecido sucede con R.E.M., estos con más de 90 millones de copias, una presencia constante en los 90 y los 2000 y una influencia decisiva en lo que vendría después. Los escucho hoy en bucle y me parece asombroso que una banda así esté también cayendo en el olvido, como tu segunda novia. Porque de la primera siempre te acuerdas, pero la segunda es irrelevante, apenas un puente para la tercera, como la ginebra ensamblando el vermú y el Campari del negroni, es decir, uniendo dulzor con amargura, como un jueves por la tarde.
(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 22 diciembre de 2024. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).