
Durante un rato nos trasladamos al pasado, a esa España bonita y crepuscular de la ‘movida’ en la que la política era apenas el pasatiempo tedioso de cuatro pringados sin chorba y la actualidad la marcaban la cultura y la elite intelectual, que es como la otra, pero sin bitcoins. Que Dios me perdone, pero en los premios Zenda, los premios fueron lo de menos. Entiéndanme, estuvieron bien, quizá algo faltos de guion y de ritmo de ‘show’, pero entiendo que Ricky Gervais estaba fuera de la ciudad. Los Zenda son los Goya, pero con menos gilipollas. Y en vez reconocer a la mejor actriz secundaria lo hacen al mejor ensayista, que suele hablar menos. Lo importante era otra cosa y vino después, en un cóctel en el que estaba ‘el todo Madrid’.
(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 26 de enero de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).