España es ese país insignificante e irrelevante que de vez en cuando inicia una guerra civil. Tenemos el idioma, la Cultura y Vega Sicilia. Las playas, las catedrales y el Real Madrid. Un pasado glorioso y un futuro aterrador. Poco más. Tuvimos la suerte de caer en el lado bueno del telón y de entrar en el final del siglo XX bajo la órbita de influencia de Estados Unidos, lo que nos llevó a poner en pausa nuestra tendencia castiza a la miseria, al garrotazo y a la cerrazón. Aquella gran suerte supuso para nosotros capitalismo, armas y democracia, es decir: mercado, OTAN y progreso. No es poca cosa: dinero, defensa y libertad. Son las tres patas en las que se asienta nuestra civilización. Y desgraciadamente las tres son prestadas.

(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 20 de enero de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).