
Observo un extraño triunfalismo en el PP tras las últimas encuestas, como dando por hecho que esto está hecho y que solo hay que sentarse a esperar a que la historia contribuya con el papel que le corresponde. Y siento ser el aguafiestas, pero no creo que existan motivos para tanta alegría. El autoengaño es la antesala de la derrota y la puerta a que el sanchismo se convierta en algo estructural. No solo es que en la calle no se perciba nada que justifique esa euforia, sino que, además, los datos son rotundos: según la encuesta de ABC, el PP no habría sido capaz de ganar un solo voto desde las últimas elecciones y pierde tres puntos desde abril. Si además comparamos la encuesta con la que se hizo antes de las generales, podemos observar que el PP está peor que entonces y Sánchez mejor. Es decir, el punto de partida del PP ha empeorado. Y a ello hay que añadir que, previsiblemente, ese margen se estrechará aun unos cuatro puntos en campaña.
(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 1 de febrero de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).