
«En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército ‘woke’, han alcanzado las tropas racionales sus últimos objetivos militares. La guerra cultural ha terminado». En realidad, el fenómeno ‘woke’ llevaba tiempo moribundo, como un manso con una estocada en todo lo alto que derrota por última vez mientras busca las tablas con la lengua fuera. Pero si tuviéramos que buscar fecha para datar su muerte definitiva, esa sería, sin duda, el mes de febrero de 2025. El ridículo que han alcanzado, el desprestigio casi universal en el que se mueven y el nulo apoyo social del intento de cancelación de Karla Sofía Gascón ha sido la gota que ha colmado el vaso. Así, ella es ya la George Floyd de la cancelación, la Rosa Parks de la violencia ‘progre’ y el símbolo del fin de una época ridícula y cruel, lo que la convierte en víctima y, por lo tanto, en ‘wokizable’. Nace lo ‘metawoke’, que es la reivindicación de las víctimas de lo ‘woke’. Si para recordar a Floyd se hincaba rodilla en tierra, simulando la postura en la que acabaron con su vida, para apoyar a Karla Sofía deberíamos tuitear solo con la mano derecha. O mejor aún, no tuitear, que es más sano.
(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en ABC el 8 de marzo de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).