
Me encanta la idea que algunos tienen de la Reconquista, ya saben, aquí llegaron los moros en el 711 y subieron hasta Asturias conquistando todo a su paso; los paró Don Pelayo en Covadonga y, desde entonces, los ‘españoles’ –adviértanse las comillas– ‘comenzamos’ –adviértanse de nuevo– a recuperar las tierras perdidas hasta que en el 1212 se ganó la batalla de las Navas de Tolosa y en 1492 se toma Granada. Ya está, ahí tienen ocho siglos resumidos en diez segundos. Luego pasa lo que pasa y vemos a Abascal diciendo esas cosas que dice, creyéndose que aquello fue una lucha nacional entre España y el mundo árabe –o peor aún, entre el catolicismo y el islam– y vinculando el fenómeno de la inmigración actual con una invasión medieval. Pero claro, como los de enfrente tampoco han leído mucho, dicen barbaridades simétricas, negando la existencia de un sentimiento de recuperación, la preexistencia de una unidad geográfica llamada España o la preeminencia del cristianismo, ya en el reino visigodo.
(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en El Norte de Castilla el 14 de febrero de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).