
Así que ahí se plantó Óscar Puente, el JD Vance del Pisuerga, para decirnos que los mecanismos de contratación de su ministerio eran una maravilla, que esos asuntos de los que usted me habla no iban con él, que la responsabilidad era, en todo caso, de «un señor», que el PP es un partido corrupto y que qué Jessica ni qué Jessica. Vaya papelón. Lo del ‘señor’ entendemos que iba por Ábalos, aunque el sustantivo le venga grande. «Mire, ‘señora-no-conozco-su-nombre’, imagínese que yo le dijera a usted que todos los diputados del PP son amigos de narcotraficantes», dijo exactamente. La ‘señora-no-conozco-su-nombre’ era Patricia Rodríguez diputada por Ávila a la que JD Puente conoce perfectamente porque le ha preguntado en más ocasiones y porque, además, es su obligación como ministro y como persona con una mínima educación. Pero quiero pensar que prefirió fingir que no. Porque la alternativa es aún peor e implicaría que no se había preparado la intervención. Supongo que, en cualquier caso, eso también explicaría por qué llegó a su escaño medio minuto antes y se fue medio minuto después de que le preguntaran, como sobreactuando carga de trabajo o desprecio a las Cortes.
(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en ABC el 13 de marzo de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).