He visto a una tal Lucía Pombo decir que, si no viviera en Madrid, viviría en Valladolid. «Por practicidad, porque está muy cerca de Madrid, porque tiene tren, porque está muy bien comunicada, por su gente, por cómo se come, por todo». Tiene toda la razón, aunque reconozco que no tengo ni idea de quién es Lucía Pombo. Por ‘Pombo’ a mí solo me sale Álvaro, que se distingue, en orden de importancia creciente, por ser miembro de la Real Academia de la Lengua, por ser Premio Cervantes y por ser antiguo alumno del Colegio San José de Valladolid. Por ‘Pombo’ también me sale ‘Pablo’, que, en idéntico orden, es un extraordinario sociólogo, un fantástico periodista y mi amigo. Pero de Lucía, nada. La cosa es que, sea quien sea, le siguen 625.000 personas, es decir, unos veinticinco estadios José Zorrilla juntos. Eso es mucha gente. Y parece que, quizá precisamente por eso, se ha enterado media ciudad. Y anda un poco revolucionada por el tema, como si no nos lo esperáramos, como si nos sorprendiera o, peor aún, como si nos pareciera incomprensible. Y yo tengo la sensación de que no acabamos de comprender bien dónde vivimos.

(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en El Norte de Castilla el 14 de marzo de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).