
Observo que a los medios nos ha dado estos días por recordar la pandemia, hablando desde una autocomplacencia cuestionable y reincidiendo en una serie de mentiras preocupantes. La mayor esa de «no se podía saber». Pero no la única, aún hay quien justifica las mascarillas en exteriores, los niños jugando al fútbol con bozal, la prohibición de entrar en tu propio país sin dos vacunas, los horarios para salir de casa según la edad, la obligación de desinfectarse las manos para combatir a un virus que viaja por el aire o la suspensión de nuestros derechos fundamentales.
(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en ABC el 15 de marzo de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).