
No estaba presente Sánchez, reunido en ese momento con Pham Minh Chinh, que suena un poco a Ho Chi Minh y un poco a ‘teletubbie’ farmacéutico. Tampoco estaba Feijóo, que intenta actuar de modo especular a Sánchez para parecer presidenciable y que aprovechó que el Senne pasa por Bruselas para irse a hablar con Von der Leyen y con los comisarios de Defensa y Comercio y que se le perciba como alguien ocupado en cosas de mayores y no en la mesa de los ‘nuggets’, esa que Bolaños conoce porque se ha sentado mucho en ella. Y tampoco estaba Abascal, de permiso por paternidad, como marca la ley natural. Así que, sin los tres tenores, la sesión parecía un partido de pretemporada, una especie de Trofeo Carranza con los titulares a sus cosas y las segundas filas intentando reivindicarse. Sin demasiado éxito.
(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en ABC el 9 de abril de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).