
Tiene pinta de seminarista, de dominico predicando el amor de Dios antes de quemarte en la hoguera, de haber salido de una esas películas en la que se descubre que un aburrido padre de familia que trabajaba en la biblioteca del pueblo y que siempre saludaba en el ascensor tiene en el sótano una mazmorra con retratos del Marqués de Sade y discos de los Modern Talking. Illa es el superhombre de Niestzche del sanchismo, pero con ese olorcillo a ácido hialurónico y a butifarra que trae consigo el socialismo crepuscular. Nos mintió en pandemia adoptando medidas contrarias a la evidencia científica con el único objetivo de dañar políticamente a Isabel Díaz Ayuso. Lo hizo –eso nos dijo– sobre la base de un comité de expertos que no solo no existía, sino que luego supimos se limitaba a Ábalos, Koldo y Cerdán echando la ceniza del trujas en la portada del catálogo de sobrinas.
(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en ABC el 6 de septiembre de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).