
Cuanto más clara sea la suma de PP y Vox en las encuestas y mayor sea el peso de Vox en esa suma, más difícil es que se llegue a dar. Esto es un axioma que no necesita ya demasiada explicación pero que, como la curvatura de la tierra, aún genera oposición en las mentes menos amigas de la evidencia científica. Que también las hay en Génova 13. Con los datos que publica hoy ABC, vamos directos a otro 23J, a una movilización a última hora de los indecisos del bloque de izquierdas, que se decantarán por el PSOE para evitar un gobierno rehén de los Patriots: y a una desmovilización del electorado de centro derecha constitucional, que no quiere ser responsable de las barbaridades que se harán en su nombre y con su voto. No sabemos si está vez ese empujón les bastará para volver a convocar a una mayoría parlamentaria, probablemente no. Aunque no es descartable. Pero, desde luego, las condiciones de Orban para dar su apoyo a un gobierno en solitario de Feijóo –no quiero ni pensar que falte a su palabra como un nuevo Sánchez– serían tan inasumibles que iríamos, con toda seguridad, a una repetición electoral. Y en esa repetición podemos encontrarnos con cualquier escenario, en función del relato que se consiga imponer en la opinión pública y que, resumiendo, solo pueden ser dos: que Feijóo abandona sus complejos para, por fin, plantar cara a Vox en nombre de la Constitución; o que Feijóo es un acomplejado incapaz de pactar con Vox para desalojar al PSOE. Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Uno de los dos complejos de Feijóo ha de helarte el corazón.
(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en ABC el 15 de septiembre de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).