
Vengo a pedir perdón a nuestros vecinos extranjeros. No lo pido en nombre de mi país ni de mi ciudad; tampoco de mi religión, de mi sexo o de mi raza. Yo hablo solo en mi nombre y, a veces, ni siquiera. Pero la vergüenza que siento por lo que veo es grande y ha llegado el momento de escribirlo. Aunque solo sea de cara a la hemeroteca; es posible que algún Berzal del futuro se asome a El Norte de estos días para intentar buscar datos con los que interpretar la ola racista y xenófoba que se apoderó de España en el año 2025.
(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en El Norte de Castilla el 3 de octubre de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).