
El imaginario popular ha decidido que Delibes pasara a la posteridad como un gran novelista que también escribió en periódicos. La primera premisa es irrebatible: Delibes es una de las cumbres de la novela en español de todos los tiempos. Habría, en cambio, que matizar la segunda: el Delibes periodista no es un Delibes menor o secundario, sino un Delibes en primer plano y a un nivel tan importante y nítido como el novelista. El problema, supongo, es que para Madrid –en eso hemos cambiado poco–, solo existe Madrid y lo que sucede más allá de sus muros es una simple anécdota. En mi opinión, ese desprecio que Madrid siente por las ‘provincias’ –como si Madrid fuera, qué sé yo, el Vaticano– denota un gigantesco provincianismo. Y poco importaba que el parisino periódico La Croix afirmara que El Norte de Castilla, bajo la dirección de Delibes, fuera la publicación más independiente en la España en los años sesenta. Da igual, porque, si escribes en El Norte, tus textos periodísticos no podían llegar al gran público –a Madrid– y, por lo tanto, el gran público no podía reconocer en ellos lo que sí reconocía en las novelas.
(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en El Norte de Castilla el 17 de octubre de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).