La progresiva –porque está planificada y aún estamos en las fases primigenias– ruptura de la extrema derecha con la Corona es una consecuencia lógica de su ruptura con la Constitución y, por lo tanto, de su traición. Pero, sobre todo, es una muestra más de la sentimentalización de una sociedad desbocada y enferma de irrealidad. Se abandona la racionalidad –las causas– para entregarse al espectáculo –los efectos–. Y en esa nueva unidad de destino en lo republicano, la extrema derecha se abraza a la extrema izquierda y al resto de nacionalismos, que siendo igual de republicanos que ellos, al menos no son traidores. Porque no se puede traicionar aquello que no has jurado defender.

(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en ABC el 18 de octubre de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).