
Rosalía se viste de monja, un poco como Madonna en ‘Like a Prayer’, un poco como Marilyn Manson en ‘Antichrist Superstar’. El lunes llegaba a Callaoacompañada de una multitud, mientras en las pantallas de la neoyorquina Times Square se proyectaba la portada de su nuevo disco, ‘Lux’, en la que también sale vestida de monja, con la cofia cubriéndola el pelo y los brazos inmovilizados bajo un blanco nuclear, como si en lugar de hábito lo que llevara fuera una camisa de fuerza. No sabemos, por lo tanto, si el misticismo le viene tras haber visto ‘Sister Act’, ‘Sor Citroën’ o ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’. En cualquier caso, me parece bien, cada uno tiene sus momentos vitales, sus asesores espirituales y, sobre todo, sus consultores de marketing, que es a lo que estamos. Supongo que habrán sido precisamente estos últimos los que le han dicho que ahora la provocación viene por ahí y que si hace unos años esto hubiera supuesto un escándalo en el mundo católico, hoy supone un escándalo en el mundo anticatólico. Como ven, la cosa es provocar y si antes se vestían de drag queen, hoy de ‘Las chicas de la Cruz Roja’. Pero, en el fondo, lo de siempre.
(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en ABC el 26 de octubre de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).