
Así que, para liberarnos de las tonterías culturales de la izquierda, nos hemos atrapado en las tonterías culturales reaccionarias, en la turra del modo de vida bueno y decente, en el tostón de la beatería cargante, de los meapilas insufribles, de los santurrones empalagosos, de los devotos plomizos, de los mojigatos recalcitrantes, de los cursis de sacristía y de los cuadros con casita y arbolito. Y ahora nos da por reivindicar los edificios neoclásicos, la pintura figurativa y la vida conventual. Y vemos a la gente reivindicar gimnasio, religión y celibato tras una ruptura. Bien, Felipe IV encerraba a sus ex en un monasterio. Ahora las ex se encierran voluntariamente. El progreso reaccionario ha resultado una curiosa mezcla entre monasterio y frenopático.
(Este párrafo forma parte de un texto que se publicó originalmente en ABC el 29 de noviembre de 2025. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).