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Es posible que me esté volviendo loco. Vivo con una sensación agobiante, como si todo hubiera cambiado de repente y nadie más se hubiera dado cuenta. O peor aún: como si a nadie le importara una mierda vivir en un país diferente de la noche a la mañana. Salgo a la calle como un turista, absorto por todo lo que veo, atónito ante todo lo que oigo y miro a mi alrededor como queriendo agarrar de las solapas al primero que pase y obligarle a que me confirme que estoy vivo, que no es un sueño, que España está en manos de este pobre hombre y que la gente lo prefiere así. La derecha debería reflexionar: si España prefiere a esto antes que a ti, imagínate como te están viendo.

Ábalos mintiendo y cometiendo irregularidades -si no delitos- con luz y taquígrafos, Ábalos metiendo en la sala VIP a criminales, Sánchez no recibiendo al mismo al que unos días antes ha reconocido presidente legítimo, Sánchez cambiando el discurso por enésima vez sin que nadie diga nada, vaya usted a saber qué tendrá que ocultar, qué debe a quién, por qué Venezuela mete veinte maletas sin control por la aduana de Barajas mientras funcionarios miran para otro lado, la policía calla, la fiscalía no interviene de oficio, el juez no pide inmediatamente grabaciones y no sienta en el banquillo al ministro mentiroso. Venezuela, mientras tanto, dando 35 millones de euros al ex embajador del PSOE. Zapatero enredando en toda América. Espías en Bolivia.

Y aquí no pasa nada.

Si el gobierno ya está preparando las pastillitas para matar viejos, yo estoy esperando las oposiciones a verdugos del estado. La gente así lo quiere, no hay problema. No veo la calle en pie. La subida irracional del salario mínimo llenando las colas del paro de gente encantada. Todo guay. Iglesias prometiendo una renta básica a todo el mundo contra las arcas de la seguridad social que, por otra parte, ya no podían sostener el sistema de pensiones. Chachi. Supongo que por cada viejo que mate el estado, liberamos una pensión para el nieto ni-ni. Cuadra. Leyes contra la apología del franquismo, de las cuales me alegro, que no conllevan leyes contra la apología del comunismo por el mero hecho de que esa basura intelectual es la que se sienta en el consejo de ministros. No hay ninguna diferencia de hecho entre el sanchismo y Podemos.

Estados Unidos estudiando sanciones a España por el apoyo a Maduro. El Mobile World Congress huyendo del chavismo del sur de Europa como probable respuesta a la amenaza de la tasa google que ya ha anunciado el gobierno la-la-la. Fiscales Generales que son diputados por el PSOE. Un gobierno que roba millones de euros a las regiones, poniendo en riesgo el estado de bienestar para, posteriormente, acusar a la derecha de poner el riesgo el estado de bienestar por no poder financiarlo al habérselo robado tú previamente. Un gobierno que da ordenes a la abogacía del estado para facilitar la liberación progresiva de golpistas condenados. Un gobierno que humilla a todos los españoles al sentarse con Torra de igual a igual, despreciando a los ciudadanos no catalanes, ante cuyos presidentes no pasa revista ni se disloca el cuello su equipo de reverencias lacayas. Senadores del PSOE por una comunidad autónoma que votan en el Senado para que no se devuelva el dinero robado a los ciudadanos de su propia comunidad. Presidentes del gobierno que cambian agendas por mandato de Rufián. Ministras de igualdad haciendo el ridículo cada día, todos los días. Lastra amenazando. El PSOE pactando con BILDU. CON BILDU.

¿Pero en serio a nadie le importa nada? ¿Dónde está Pablo Casado? ¿Hay alguien en la oposición con un mínimo de decencia democrática para defender a España de lo que se le viene encima? ¿No hay un solo fiscal que actúe de oficio? ¿No hay una sola persona en el PSOE capaz de poner pie en pared y mostrar algo de decoro y decencia? ¿Tendremos que acabar pidiendo amparo a la Unión Europea para que nos defienda de nuestro propio gobierno? ¿Acaso no ven que si todo esto ha ocurrido en un mes, en cuatro años ya no habrá vuelta atrás? ¿No se dan cuenta de que de tanto denunciar escándalos día tras día corremos el riesgo de parecer lunáticos? Si todo es un escándalo, nada lo es. Si todo es un peligro, nada lo es. ¿Hay que callarse y elegir un solo escándalo para, así, darle algo de gravedad? ¿Tenemos que callarnos para ser creibles? ¿Nadie más está viendo la jugada? ¿Qué coño hacen las teles?

¿Estoy yo loco? ¿Son los locos ellos? Unamuno escribió que está loco el que está solo y que una locura deja de serlo cuando se hace colectiva. Quizá estemos ante el mayor caso  de locura colectiva visto nunca. España está encantada, feliz, las ancianas pasean por la calle, los niños juegan en las plazas, los parados ven no se que narices de una isla de chonis.

Somos un pueblo derrotado. Pueden hacer lo que quieran. Las consecuencias, no tardando.

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