
Dicen que en Valladolid hay una plaga de procesionaria, que, aunque por el nombre parece la mezcla entre un cofrade y La Pasionaria, resulta ser una oruga que hace la conga. Si hasta los lepidópteros forman planta procesional para salir a la calle es que la ciudad ya huele a Cuaresma. Yo creo que una de esas orugas debe de llevar una carraca para poner orden en las secciones infantiles, que tienden a quedarse ‘empanaos’ haciendo bailes de TikTok en medio de un Miserere y parecen traductores de lengua de signos, pero con ‘flow’. Y otra oruga debe llevar un incensario. Y otra una cruz de guía hecha con corteza de pino resinero. Pero todas ellas parecen querer dejar claro de qué va la cosa porque llevan muceta y birrete amarillo –Medicina–, y gris –Enfermería–. Que no digan que no avisan. Gris, por cierto, que es el color del porvenir de El Corte Inglés de Constitución, que ahora va a tener no sé cuantas tiendas de Zara, un gimnasio, un hotel, apartamientos turísticos, un restaurante, bares, piscina, terraza y, como sigan añadiendo cosas, no descarto un centro cívico, la biblioteca de Alejandría, el archivo de Simancas, el castillo de Montealegre, una iglesia de estilo herreriano, un ‘contact center’ de la Junta, una hectárea de viñedos de Ribera del Duero, la residencia de jugadores del Real Valladolid, la nueva estación de autobuses, un helipuerto en la azotea o, por qué no, cosas más típicas de aquí, como, por ejemplo, una pista de esquí artificial que no se llegue a inaugurar o una factoría de autobuses fantasma, como el de Harry Potter pero indio, rollito Bollywood.
Se les está yendo un poco la olla con este edificio, hay pueblos en la provincia con menos servicios. Es más, ahí un sábado por la tarde va a haber más gente que en Medina de Rioseco. Lo que seguro que no tendremos es el jardín vertical, que nos lo vamos a cargar. Pero, como es vertical, no pasa nada. Si fuera horizontal tendríamos una manifestación en las puertas de Inditex y una vigilia vegana, pero, al ser vertical, da exactamente igual. La muerte solo duele si llega horizontal, como un punto y final. Pero la muerte vertical es apenas un autodefinido en ascensor. Supongo que lo llevarán a otra parte, no sé, a los almacenes de Auvasa, a la ITV de San Cristóbal o, por qué no, al Duque de Lerma, que ahí hay sitio para poner verticalmente todo el Pinar de Antequera, cuartel de Artillería incluido. O quizá lo vayan a vender en la Plaza Mayor como musgo para los belenes
En definitiva, que el edificio está levantando polémica y yo ya no sé si me gusta o me horroriza, no he sido capaz de tomar una decisión, fluctuo en función de la persona con la que esté hablando, como Begoña Villacís. Si a la persona le encanta yo me apunto a eso, qué moderno, qué bonito, cuánto cristal, qué holandés nos está quedando todo entre tanta bici, el colorcito ese naranja hasta en la sopa, el caballo enano y el canal de Castilla como el Herengracht. Si a mi interlocutor no le gusta, yo me uno a él y digo que qué vergüenza, que se están cargando el centro, que vaya horterada, que deberían respetar el entorno, que entre esto y los tangas gigantes que han colgado en la calle Santa María, se han cargado el Valladolid burgués. Y me entra entonces un halo antiholandés y contrarreformista que me lleva a ser martillo de herejes y a criticar la deriva ‘influencer’ que les ha entrado a los de ‘Ámsterdam toma la palabra’. Y exijo entonces que monten en el edificio un corral de comedias para hacer autos de fe, que es lo único que le echo en falta. Y que lo llamen ‘Multiusos Cipriano Salcedo’. Aunque al ritmo que va la cosa posiblemente lo llamen ‘El Corte holandés’, ‘Casa de Arteixo’ o ‘Memorial Amancio Ortega’, con mausoleo incluido. La verdad es que, para ser un capitalista despiadado, aquí solo les falta ponerle una estatua ecuestre en todo lo alto. Y subir el Primero de Mayo a dejarle flores. Posiblemente tulipanes. Óptimamente, sin orugas.
(Esta columna se publicó originalmente en El Norte de Castilla el 2 de febrero de 2023. Disponible haciendo clic aquí).