Queda ya del todo claro que no existe un bloque de derechas y uno de izquierdas sino un bloque liberal y uno iliberal o populista. Dentro del bloque liberal encontramos a gente más progresista y a gente más conservadora; a gente con mayor tendencia al libre mercado y a gente más intervencionista; a creyentes y a no creyentes. Y, aunque entre ellos haya diferencias notables, son capaces de alcanzar acuerdos porque todos creen en el Estado de derecho, en la separación de poderes, en el imperio de la ley y en la aconfesionalidad del Estado. Es decir, están de acuerdo en las reglas del juego, aunque, cuando empiece el partido, cada uno intente ganarlo. Podemos llamarlos ‘constitucionalistas’. El otro bloque –el populista o iliberal–, está formado por la extrema derecha, la extrema izquierda y los nacionalistas. En el caso español, también incluimos a los sanchistas, iliberales de la sección pesebre. Y, tal y como hemos visto en Francia, dentro de este bloque también pueden llegar a acuerdos, porque, si bien no confluyen en lo que quieren construir, si lo hacen en lo que quieren destruir, que es la democracia liberal y, en el caso español, la Constitución. 

(Este es el primer párrafo de un texto que se publicó originalmente en ABC el 9 de diciembre de 2024. Al ser contenido premium, solo puede ser leído íntegramente aquí. Si no se han suscrito, les animo a que lo hagan. La suscripción es muy barata a cambio de muchísimo y necesitamos más que nunca prensa libre).