
No sé si en alguna ocasión usted se ha obstinado defendiendo una posición que desde el principio sabía errónea y, pese a que todos le avisaran que no, que mal, que no fuera burro, usted ahí, erre que erre, sin ceder, firme en el error solo por no admitir que estaba equivocado desde el minuto uno. Yo sí. Y cuando me pasa lamento no haber reculado desde el principio, haber entonado un ‘mea culpa’ preventivo y a otra cosa, con la dignidad intacta y mucho tiempo ganado. Porque si no reculas rápido, ya no puedes hacerlo nunca, te has metido hasta el fondo, has comprometido tu palabra y entonces ya no solo se trata de la derrota, que es lo de menos, sino de las risas, los ‘te lo dije’ y las miraditas de reojo. Sobre todo, de los tuyos.
A mi me pasó con el video Beta. Aseguré se impondría al VHS hasta hace cuatro días y en ocasiones aún dudo. A Tudanca le pasa por sistema, no pierde una oportunidad para enclaustrarse en posiciones equivocadas que además defiende con esa vehemencia de la que solo es capaz el que sabe que no tiene razón. Y cuando la realidad le abre el cerrojo de la celda, no le queda otra que respirar aliviado y reír mirando a sus ‘groupies’ como si aquí no hubiera pasado nada. Solo que sí que pasa.
Pasa que no somos idiotas. Tudanca ha calificado como una «magnífica noticia» el fallo del Supremo que condena al gobierno a pagar a la Junta de Castilla y León los 182 millones de euros que Marisú Montero aseguró que no iba a devolver porque no existen. Ya verás como si que existen, Chiqui. Si 1200 millones son poco, esto no es ‘ná’, esto se lo quitas tú a ‘Delcy Airlines’ de una ‘sentá’. Y pasa que lo que hoy es una «magnífica noticia» en el maravilloso mundo de Tudanca, el 30 de enero de 2020 resulta que era otra cosa. Ese día retó a la Junta de Castilla y León a ir a los tribunales para reclamar el pago de ese importe, aseguró que el ejecutivo de Mañueco «mentía» en cuanto a la exigencia de dicho pago y nos deleitó afirmando que «piensa el ladrón que todos son de su condición», mientras criticó que se bajaran impuestos y se pidiera más dinero a ‘Papá Estado’. Me veo en la obligación de recalcar que esto último de ‘Papá Estado’ es estrictamente literal. Un socialista, sí. Dijo ‘Papá Estado’ y lo dijo para criticar que se bajen y no que se suban impuestos. En fin, Tudanca. En cuanto nos despistemos, critica a Hayek por no poner peajes en el camino de servidumbre.
Pero no es todo. El 15 de julio de 2020 criticó que el gobierno autonómico no fuera «leal» y «generoso» y que con su «complejo de oposición» se dedicara a abrir un conflicto detrás de otro con el ejecutivo central. O sea, que el mismo Tudanca que hoy está encantado con la sentencia que obliga a Sánchez a soltar la pasta y que, si nadie lo impide, se va a Cibeles a celebrar el éxito de los abogados de la Junta, resulta que ayer puso todos los palos posibles en las ruedas, actúo contra los intereses de los ciudadanos de Castilla y León y calificó al gobierno autonómico de desleal por defender nuestro dinero. Porque es nuestro. Curioso sentido de lealtad el de Tudanca.
Teniendo en cuenta que alguien le ha contado que el ridículo de la moción fue un éxito, puede que a esta hora piense que le van a hacer ministro de Hacienda y haya puesto a enfriar el champán. Desde Ferraz enviarán para su fiesta una foto de Jorge Javier, el referente intelectual tardosanchista. El hielo lo pone alguno que ya empieza a tener claro que se va a comer el marrón. Ayer vi la ‘hieloneta’ en la Delegación de Gobierno.
(Esta columna se publicó originalmente en El Norte de Castilla el 28 de abril de 2021. Disponible haciendo clic aquí).