Como todos los terrorismos, Hamás goza de la simpatía del bobo español, ese consumidor de series y literatura infantil que ve la historia como un cuento maniqueo dividido en caperucitas y lobos. Lo que no saben es que, si Caperucita es la víctima, los lobos son ellos, los que justificaban el IRA, el ejercito zapatista, al subcomandante Marcos, a la guerrilla colombiana y a cualquier gilipollez que suene progre. Los que justifican cada atentado islamista contra Occidente y los que ahora ven a ETA como unos buenos muchachos que se equivocaron en los medios, pero no en los fines, justos, antifascistas, legítimos. En ciertas mentes el único absoluto es el vacío.

Los palestinos merecen nuestra preocupación, nuestra compasión y nuestro apoyo. Pero hay que entender de una vez que Hamás no es Palestina. De hecho, el mayor enemigo del pueblo palestino es el terrorismo de Hamás. Los estados, como únicos monopolistas de la violencia en sus territorios, están legitimados moral y legalmente para responder a los ataques que sufran su población. Y por lo tanto para ganar. Pero hay mar de fondo y no me parece casual que la intervención de Israel se haya dado tras una vacunación exprés de toda su población. Tampoco es casual que Azerbaiyán viole ayer la frontera con Armenia ni que todo esto coincida con el despliegue del Ejército ruso en la frontera con Ucrania para invadirla y controlar el mar Negro. Reino Unido anuncia que envía buques para allá y que, en caso de ataque ruso, ya hay submarinos y aviones de apoyo. Al otro lado de ese mar, Turquía amenaza a Israel y deja a la UE preguntándose quiénes son los suyos en una batalla global en la que China mueve los hilos y Estados Unidos se prepara para todo. 

Y mientras todo esto pasa, mientras se avecina una enorme crisis mundial que se sumará a nuestra crisis doméstica, mientras suenan tambores de guerra por todo el planeta y mientras una pandemia se lo lleva todo, nosotros seguimos ensimismados, obsesionados con el sonido de nuestro corazón, analizando encuestas, haciendo lecturas de la coleta de Iglesias y teniendo que enfrentarnos a lo que se nos viene encima en manos de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, Echenique y Rufián. Recen todo lo que sepan.

(Esta columna se publicó originalmente en ABC el 17 de mayo de 2021. Disponible haciendo clic aquí).

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