También hay una forma castellana de mirar a la Esperanza. Es una forma respetuosa y prudente, nace de la admiración callada y sucede en un segundo plano, en los rincones del fondo, allá donde nadie mira, como si supiéramos cual es nuestro lugar y no quisiéramos molestar a Sevilla. Conozco bien esa forma de mirar desvaneciéndote porque me acompaña desde niño. Es una mirada que nace como un lamento y muere como un secreto. En el verano de 1970, cuando mis padres atravesaban los puertos de ‘El Ronquillo’ y ‘La media fanega’, tuvieron un accidente grave. Mi madre se encontraba embarazada de mi hermana y se temieron lo peor. A pesar de todo, fueron capaces de llegar al hospital y, tras un reconocimiento de urgencia, los médicos la obligaron a mantener reposo absoluto. Mi madre obedeció, pero primero desobedeció y se fue a los pies de la Macarena a pedir esperanza a la Esperanza, a rezarle desde una esquina y a rogar a la Madre por la niña, con los ojos rojos y los brazos dormidos de tanto sostener un vientre entre el miedo y el misterio, intentando acunar una vida entre interrogaciones.

Un mes después nació Mónica Esperanza, sana, feliz y maldiciendo las curvas de la Sierra Norte. Pero algo de esos días se quedó para siempre dentro de mi familia, luego se transformó en agradecimiento y ahora late en los que llegamos después. No hay una ocasión en la que yo me encuentre en Sevilla y no me pase a saludar. Pero por más que la miro, no puedo sentir pena. Yo no veo dolor en la Dolorosa, solo esperanza, calma y victoria de la fe. No consigo colocarme en la posición de compasión y de consuelo a una Madre que acaba de perder a su Hijo sino en la de la alegría contenida de una niña -que es mi hermana- que ha ganado una madre -que es mi madre-, una vida y una deuda eterna con esa que llora para que nosotros vivamos.

Hace años que no la veo en la calle, pero, si lo hiciera, sería de nuevo desde la esquina del final, allí donde me han enseñado a estar, callado y sin molestar. Allí donde la sombra le haga compañía a la luz. Y mi silencio los coros a Sevilla.

(Este texto fue publicado en el especial Semana Santa de ABC de Sevilla ‘Pasión en Sevilla’ el jueves 30 de marzo de 2023)

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