laura

Nunca me quedó claro si lo más importante para Laura era ella misma o era su familia. En cualquier caso, después estaba su amante y en cuarto puesto ya estaba yo.

De los años que compartimos, recuerdo que yo era muy joven y que ella tenía un buen culo. Supongo que no hay mucho más que merezca la pena conservar, pero aunque lo hubiera, recordaría aún más su culo. Ese culo era soberbio. Fueron años complicados para ambos. Yo aún no era yo y ella todavía era ella. Con el tiempo a ella se le olvidó y yo comencé a recordarlo.

Sí que recuerdo el sexo salvaje con el que comenzaron las cosas, en los tiempos en los que ella aún no había dejado a su pareja y yo era feliz siendo el tercero. Lo pasamos bien. Luego, unos cuantos años juntos, sin nada que merezca la pena reseñar, me pusieron cuarto. Pero un día, aún me pregunto qué cojones pasó, llegó el último abrazo, entre la niebla. Nos despedimos como dos auténticos profesionales. Sin dramas. Sin lágrimas. Sin haberlo planeado. De una vez y para siempre. Fue un abrazo eterno de agotamiento. Sin duda la mejor ruptura de mi vida.

Han pasado muchas más después de aquello, y durante años no he vuelto a saber nada de Laura. He sido feliz algunos días, infeliz algunos otros. Me he enamorado de otras. Me he desenamorado y también se han desenamorado de mi. Me la encontré un día en Madrid, en un lugar que no nos pegaba a ninguno y prefiero no recordar. La reconocí al verla por detrás, no olvidaría jamás ese culo. Me adelanté para verle la cara. Nos miramos. Sonreímos. Dos besos ella. Yo solo uno. Hablamos durante más de media hora, de nada en concreto. El marido miraba. Yo estiraba el muletazo. Y de pronto, me di cuenta que estábamos de nuevo en el día del abrazo entre la niebla, que yo no era yo y ella ya era ella de nuevo. Me cayó un rayo de clarividencia radical, me di cuenta de lo vulgar que era en realidad, de lo vulgar que fui yo por enamorarme de ella y vi entonces en la cara del marido la misma cara de imbécil que veo hoy en mis fotos de aquellos años.

Me fui. Un beso ella. Yo, dos. Miré para atrás cuando me iba. Seguía teniendo un culo prodigioso, pero ella y yo sabemos que hace tiempo que no se divierte. Lo siento por el idiota, aún no tendrá claro si Laura quiere más a su familia o a ella misma. Pero yo sé que está apunto de haber un tercero en la lista de Laura. Sería para él un verdadero acierto no llegar a conocerla del todo jamás.

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