hemorroides

«Queridos amigos de las cloacas: estamos en el Gobierno». Son palabras de Pablo Iglesias este domingo en una de esas asambleas-botellón a través de las cuales el poder -es decir, él- finge ser oposición, como pasa en el día de las Águedas. Pablo se ve a si mismo como la democracia ‘delacroixiana’ guiando al pueblo, con la peculiaridad de que, gracias a Dios no nos enseña su torso desnudo sino ese polo precipitado que le han mandado ponerse para empatizar con la gente y a través del cual nos muestra su visión del votante medio. Como suelen hacer todos los totalitarismos cuando llegan al poder, en lugar de gobernar, hacen oposición a la oposición, deslegitimando su mera existencia. Ya saben, todos los que no comulguemos con las mentiras de este gobierno populista, somos fachas. También Felipe y Guerra y Leguina y Redondo Terreros. To-dos.

Supongo que, al invocar a sus ‘amigos’ de las cloacas, Pablo Iglesias estaría dirigiéndose a sus compañeros de partido, de gobierno o de ideología, tanto a los allí presentes como a los no presentes, como por ejemplo al ex juez prevaricador, Baltasar Garzón o a la Fiscal General del Estado, la amiga de Villarejo -el epicentro de las cloacas- cuya cabeza pedían hace poco por estar manchada y que ahora adoran cual lacayos en forma de busto cesáreo. Por lo que pueda pasar, ya se sabe. Porque, ‘¿qué es cloaca, dices mientras fijas en mi pupila tu pupila azul?’. ‘¿Y tú me lo preguntas?’… Pues cloaca eres tú, Pablo. Y, por cierto, la pupila no puede ser azul, Bécquer. La pupila es siempre negra, como el sueño podemita.

Pablo Iglesias no solo es la personalidad política más importante de lo que va de siglo en nuestro país; también es el más alto representante dentro de la empresa familiar. Su audacia, su inteligencia política, su individualismo y su ambición le ponen en un lugar preferente dentro del mundo emprendedor, que es el espacio natural de la marca Podemos. Aunque algún alma cándida aún no se haya dado cuenta, el partido es solo la excusa para canalizar la indignación hacia un gran negocio familiar con domicilio social en Galapagar. No se me entienda mal, tiene mucho mérito engañar a tanta gente. No es sencillo pastorear el 15M desde las tiendas de campaña hasta la moqueta, desde el sonajero al BOE, desde los tres salarios mínimos como tope a la barra libre de dinero y servicio doméstico.

«Nuestra democracia será mejor cuando los responsables políticos, policiales y mediáticos de la cloaca estén donde tienen que estar: en la cárcel», dice Iglesias apuntando a todos los que no traguen con su estafa. Al fin y al cabo, es comunista, como el ministro de cromos y apuestas. Aún así, debería comenzar la purga por sus filiales cloaqueñas, esas maquinarias diseñadas para manipular a jubilados y ‘ninis’.

«Han ofendido la dignidad del periodismo al lamer las hemorroides del poder», añadió soez. Teniendo en cuenta que no es periodista y que el poder es él, doy por hecho que a las almorranas a las que se refiere están en su muy vallecano trasero. Hay pomadas para eso, Pablo. Para lo que no hay cura es para encontrar la dignidad de esos que dices que lamen tus miserias y tus gracias.

 

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