Estoy a muerte con las declaraciones de Florentino por muchos motivos, pero fundamentalmente por haber usado la palabra ‘tolili’ para referirse a Coentrão. Las declaraciones son para grabárselas y ponérselas en bucle en Spotify. «Ese es tolili. Es otro que no tiene cabeza (…). No es que no quiera jugar… Bueno, es un poquito subnormal. Conduce sin carnet… Dicho eso, le ha agobiado la presión (…)». Me encanta lo de la presión, como disculpándolo, como queriendo decir: «A ver, es un poco subnormal, dicho lo cual, el tío estaba pelín estresado».

‘Tolili’ es genial, es certero y tiene una carga vírica que ni un veinteañero en un after de Salou. Además, no tiene maldad del todo, ‘tolili’ es lo que te llama tu tío antes de darte una colleja cuando te lo encuentras por el pasillo de casa de los abuelos. «Quita de aquí, tolili». Ser un tolili es ser un poco cantamañas, un lilas, un pelamanillas. Me encanta la palabra tolili para referirse a Fabio, hasta el punto que no descarto comprarme la nueva equipación con el número 5 a la espalda con el nombre ‘Tolili’ serigrafiado. Y eso que yo al portugués le veo totalmente recuperable para el Madrid de Ancelotti. Ganar la Champions con laterales es una cosa que puede hacer relativamente cualquiera. Lo grande es ganarla una y otra vez sin ellos, renunciando a defender por ahí y sumiendo al equipo en un armónico caos ofensivo, como si ‘La Batalla de las Walkiriras’ tuviera una versión merengue. 

Florentino podría haber sido mucho más duro, pero ni todo el diccionario de insultos puede igualar un tolili bien usado, un tolili de Chamartín, dicho con una parte de superioridad, otra de cariño y otra de resignación. Tolili lleva dentro un suspiro y tiene un punto infantil, naif, como de niño que sale de misa persiguiendo a su hermano mayor. Tolili es un insulto de la familia de gilipichis, de jopetas, de tolai. En Valladolid hay un recurso similar, sólo que aún mejor aún: pelele. Pelele se dice con desgana, marcando mucho la pe y alargando la ele, como haciendo una pausa. En un pentagrama tendría un puntillo. Pelele sirve para todo y significa todo, pero solo se puede usar dentro de nuestras fronteras, porque si no creen que les estás llamando ‘marioneta de trapo’ y no es eso, no es eso. También me gusta mucho ‘baboso’ o, mejor aún, ‘payaso’, aunque siempre que lo dices aparece un tolai para decir que el payaso es una profesión dignísima, prueba inequívoca de que el que lo dice es un poco pelele.

Yo no aguantaría una sola grabación de esas y, además, es posible que Florentino tenga razón. Pero si a mi me llamara ‘tolili’, casi lo agradezco, porque la alternativa es peor. Nadie ha disfrutado tanto de ese banquillo, nadie como él ha calentado la banda con tanta desgana, entre cigarro y cigarro. Es posible que no fuera el mejor, pero yo le tengo cariño. No descarto en absoluto que esto me convierta en un tolili. Pero ya casi hasta lo deseo.

Esta columna se publicó originalmente en ABC el 15 de julio de 2021. Disponible haciendo clic aquí).

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