
El Gobierno anuncia que cambiará el nombre de la estación de Atocha por ‘Almudena Grandes’ y que hará lo mismo con el resto de estaciones, que pasarán a llevar el nombre de una mujer. De una mujer que les guste a ellos, se entiende, una mujer de izquierdas, progre y polémica. Olvídense, por ejemplo, de ver ‘Delicias-Carmen Lomana’ o ‘Abando-Tamara Falcó’. Me estoy imaginando más bien ‘Príncipe Pío-Rocío Carrasco’, ‘Vallecas-Cristina Pedroche’ o incluso ‘Sants-Pilar Rahola’. Aunque, bien pensado, a Pilar Rahola le pegaría más una escuela de negocios. O un parquímetro.
Y ahora que lo pienso, esta iniciativa me parece bien, pero resulta poco ambiciosa, no deberíamos limitarnos a bautizar calles, aeropuertos y estaciones. Yo quiero dar nombre a una rotonda, la ‘Glorieta José Peláez’. O, mejor aún, a una gasolinera, de esas con bar. Creo que deberíamos poner nombres de celebridades a todas las cosas, así que he emitido un comunicado y, a partir de hoy, mi pasillo será el ‘Corredor González Ruano’, mi cuarto el ‘Gran salón Ángel Antonio Herrera’ y la ducha se llama ‘Spa-Manolo Alcántara’. Así se lo comuniqué a mi hija en una reunión que tuvimos en la ‘Mesa de la cocina-José Luis Garci’, pero deduje que no le pareció bien del todo porque corrió a encerrarse airada en su ‘Habitación-Justin Bieber’ con una ‘Llorera Pablo Montesinos’ y hasta hoy. Aunque supongo que se le pasará, mañana lo hablaré con ella en el ‘Cuarto de baño-Michelle Jenner’ o en el ‘Ascensor-Esteban González Pons’. O si no, a la vuelta, antes de dormir la ‘Siesta-Cuca Gamarra’ en el ‘Sofá-Bertín Osborne’.
Hay que bautizarlo todo. Por ejemplo, propongo que nos refiramos a la crisis que se nos viene encima con el nombre de ‘Crisis Nadia Calviño’. Y podríamos aprovechar para cambiar el nombre de la curva del Covid, que dicho así suena muy vulgar, por ‘Elipse-Fernando Simón’. O las autopistas, por ejemplo. Un poco flojo llamarse ‘A6’ pudiendo llamarse ‘Autopista Vinicius Junior’. Hay oportunidades en todo, la ITV, las líneas de autobús y hasta las depresiones. No sé por qué no podemos aspirar a un ‘Juzgado de familia-Juana Rivas’ o a una ‘Delegación de gobierno-Los Jordis’. Incluso a los errores, llamando a uno muy gordo ‘Enrique Ponce’. Me parece mediocre y conformista que la sede del PP se llame ‘Génova 13’ pudiéndose llamar, por ejemplo, ‘Ángel Carromero’. O que la del PSOE se llame Ferraz pudiendo bautizarse como ‘Sede Pedrista Mario Moreno Cantinflas’. Y las catástrofes naturales, que, en lugar de ser nombradas siguiendo el sistema habitual, deberían homenajear a futbolistas rudos, ‘Huracán Pepe’, ‘Terremoto Simeone’ o ‘Erupción volcánica Juan Carlos Arteche’. Así, los llamamientos a la unidad podrían llamarse ‘Isabel Díaz Ayuso’, las filtraciones discretas ‘Teodoro García Egea’ y, por qué no, quizás una ‘Escuela de Team Building Cayetana Álvarez de Toledo’. Se lo plantearé a Feijóo en el ‘Congreso extraordinario de hermandad-Puerto Hurraco II’.
(Esta columna se publicó originalmente en ABC el 5 de marzo de 2022. Disponible haciendo clic aquí).