Hoy cumple un año este blog. Sí, hace solo un año que comencé a escribir, y lo hice para insultar al verano. Ahora me pregunto cómo he sido capaz de vivir tantos años sin hacerlo. Esto duele. Se sufre. Es complicado desnudarse delante de extraños y también lo es jugarse la boca cuando sabes que la audiencia no está de acuerdo con tu criterio. Pero no escribo para agradar, sino para expresarme, para explicarme, para interpretarme. Para ser, porque ya soy.
Esto es duro, pero esto engancha. Mucho. Escribir te permite digerir mucho mejor tus ideas, profundizar en ellas, ordenarlas bien. Como consecuencia, te reinterpretas y el mensaje se come al emisor del mismo, hasta que se diluye y cambian las tornas: soy quien soy porque digo lo que digo, y nunca viceversa. Ayer leí que “escribir bien no es otra cosa que reescribir”, y estoy de acuerdo. Borra. Borra más. Borra aún más, hasta que solo quede lo que quieres decir, si es que no has cambiado de opinión en el proceso, algo bastante frecuente. Tengo decenas de posts a la mitad porque no tienen final aún. Y un par de novelas empezadas, esperando que recoja el impulso suficiente como para apretar la pasta de dientes con todas mis fuerzas hasta que brote como un chorro anárquico y molesto. Una cuestión de talla en la que no siempre estoy a la altura.
Hablo de amor, hablo de pena, hablo de soledad, de amistad, de sueños, de pasado y de futuro. Pero sobre todo hablo de dignidad, de no desfallecer, de ser una persona con honor, con tablas, con huevos y con generosidad. Escribo relatos a veces, manuales otras tantas. Hablo de mí, hablo de otros. Hablo de saber estar, hablo para criticar a necios, hablo para ensalzar a héroes. Hablo para que alguien me escuche, cada post es una botella al mar. Hablo para seguir siendo. Hablo sin plan ni ruta. Por eso soy incoherente. Perdonen, pero estoy empezando. A vivir, digo.
Muchas gracias a todos los que me leen. Sería inútil engañarme: me hace muy feliz. Por eso hoy me felicito. Un año. 76 entradas (y cuatro borradas por vergüenza, entre ellas un poema. Mátenme). 44.000 lecturas. 93 países. Gracias a todos los que han leído mis palabras, a veces con más sombra, a veces con más luz. Gracias a los que han compartido en redes sociales. Gracias a todos los bloggers que me han citado. Y gracias, sobre todo, a los que día a día hacen que me esfuerce por seguir, por ser mejor, por ser a secas. Seguiré otro añito.
Intentaré no desafinar.
Mil gracias por tus escritos. Inspiradores. Y enhorabuena.
Gracias a ti, de verdad
Gracias, Gregorio. De todo corazón.
¡Salud!
Y muchas gracias.
A Vd., Cañada. Un honor total su presencia.